Aromaterapia y Diseño del Paisaje: Lo que dice la Neurociencia

¿Alguna vez has caminado entre árboles y sentido que tu respiración se aligera? ¿O notado cómo ciertos aromas te provocan una sensación de calma inexplicable? El olfato es el único sentido que no pasa por el tálamo antes de llegar a áreas superiores del cerebro. En cambio, va directamente al sistema límbico, donde se encuentran:

• La amígdala (emociones como el miedo y la ansiedad)

• El hipocampo (memoria)

• El hipotálamo (regula el sistema autónomo: respiración, ritmo cardíaco, digestión…)

A diferencia de los estímulos visuales o auditivos, los olores llegan sin filtro a la amígdala, provocando respuestas emocionales inmediatas.

Estudios en neurociencia han demostrado que ciertos compuestos volátiles naturales presentes en las plantas activan regiones específicas del cerebro que:

• Reducen la ansiedad (ej. el linalol en la lavanda).

• Mejoran la concentración (ej. los terpenos del romero).

• Disminuyen niveles de cortisol (hormona del estrés).

• Estimulan la neuroplasticidad en ambientes terapéuticos.

  
  

Incluso, algunos ensayos clínicos han usado aceites esenciales en ambientes hospitalarios o jardines terapéuticos para mejorar el estado de ánimo, la calidad del sueño y la recuperación postoperatoria.

El paisajismo sensorial propone diseñar con propósito multisensorial, es decir, para todos los sentidos, incorporando plantas no solo por su estética, sino por sus efectos sensoriales.

Aquí algunos datos útiles desde la ciencia:

1. Selección de especies aromáticas estratégicas

• Lavanda: calmante y ansiolítica.

• Romero: mejora la memoria y el estado de alerta.

• Menta: energizante y refrescante.

• Jazmín y gardenia: promueven sensación de placer y serenidad.

• Cítricos (limonero, bergamota): elevan el ánimo y reducen fatiga mental.

  
  

2. Distribución según el uso del espacio

• En zonas de espera o contemplación: especies calmantes (lavanda, jazmín).

• En senderos peatonales o zonas de tránsito: aromas estimulantes (menta, romero).

• En áreas de meditación o recuperación: combinaciones sinérgicas que regulen el sistema nervioso.

  
  

3. Densidad vegetal y liberación de compuestos volátiles

• Para un efecto terapéutico, la vegetación aromática debe ocupar al menos un 15–25% del área del jardín, o distribuirse en macizos repetidos para lograr una concentración atmosférica constante de compuestos.

  
  

4. Rituales olfativos urbanos

• Crear momentos de encuentro con el aroma: podas controladas que liberen aceites, mobiliario rodeado de plantas aromáticas, pérgolas con enredaderas florales o bancos aromáticos.

  
  

La incorporación consciente del diseño olfativo en paisajes puede ser una vía efectiva y accesible para promover salud mental, conexión emocional y bienestar colectivo. Desde parques urbanos hasta jardines escolares y hospitales, la aromaterapia en el paisajismo nos recuerda que el diseño también puede curar desde el aire que respiramos en nuestro entorno.

Herz, R. S. (2009). Aromatherapy facts and fictions: A scientific analysis of olfactory effects on mood, physiology and behavior. International Journal of Neuroscience, 119(2), 263–290. https://doi.org/10.1080/00207450802333953

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Royet, J. P., Zald, D. H., Versace, R., Costes, N., Lavenne, F., Koenig, O., & Gervais, R. (2000). Emotional responses to pleasant and unpleasant olfactory, visual, and auditory stimuli: A positron emission tomography study. Journal of Neuroscience, 20(20), 7752–7759. https://doi.org/10.1523/JNEUROSCI.20-20-07752.2000